Hace
algunas semanas, quien suscribe con ocasión de alguna de formación para
dirigentes y atletas de alta competencias, conversaba con mi amigo Luis
Carvajal, quien es una persona que tiene discapacidad visual desde el punto de
vista físico en un ciento por ciento, discapacidad que no ha sido limitante
para alcanzar algunas metas desde el punto de vista profesional, siendo que él
dice “no hay limitantes que me limiten.” Que bueno que mi amigo Luis dice eso,
lo cual es una frase motivadora para muchas personas que han escuchado sus
mensajes. En medio de la conversación le pregunté a Luis si podía ser
comentarista en la transmisión de un juego de fútbol o de fútbol de salón.
Luego de intercambiar ideas, Luis expreso lo siguiente: “Si los narradores
realizan su trabajo de la forma correcta si lo puedo hacer.”
Amigos
lectores, algunas personas tienen la comunicación como forma de ganarse la
vida, otros la tienen como una forma de recrearse y además no le prestan la
debida forma a la forma de comunicar correctamente. En el fútbol de salón, se
hace necesario que quien narra los acontecimientos que suceden dentro del
rectángulo de juego, conozca de la mejor manera a que juegan los equipos, cual
es el sistema de juego recomendado por los entrenadores, cuales son los
fundamentos que manejan en determinado momento algunos jugadores; que hacen los
porteros; cuales son las posiciones que mejor desempeñan en cierto tiempo de
juego cada uno de los jugadores; que ordenan los entrenadores en los descansos,
ya que esto pudiera llevar, en primer lugar a la inclusión, y además a que
quienes escuchan las transmisiones que se realizan por las ondas hertzianas
tengan mejor idea del juego que se desarrolla.
En
esencia amigos lectores, se debe describir con la palabra todos los
acontecimientos que se desarrollan dentro del rectángulo de juego, y muchas
veces fuera de éste, ya que también es importante el estado de ánimo del público
y cuanto ayuda a conquistar situaciones quien aplaude de forma favorable; la
situación colectiva, e individual reviste de gran importancia para que el
usuario que escucha y hace una interpretación con lo que el narrado emite. De
verdad que, cuando el narrador manifiesta, que los equipos hacen una trenza de
dos, de tres, que el balance funciona o no, que la apertura de la cancha se
realizó a tiempo y se puede visualizar un mejor juego, que el rombo clásico se
hace con buen criterio, que el jugador o el árbitro están haciendo una mecánica
efectiva en función de tener mejor ubicación, que el equipo tal o cual juega a
tres cuartos de cancha, que la presión es permanente, informar sobre
precisiones e imprecisiones, eso pudiera hacer ver una narración mucho más
elegante y distinguida.
Narrador
puede ser cualquiera, pero un buen narrador se debe formar con investigación,
formación y mucha práctica. Por algo, se sigue haciendo referencia de
narradores de otras décadas y otros deportes, que aún no han podido ser
superados; es de reconocer, que se debe sumar para ayudar, y aportar. Es convicción
del autor de la presente columna, que si se transforma, si se hace algo
diferente, si se dibuja con la palabra, el alcance del mensaje que se transmite
bien puede ser significativo. Se debe comunicar con propósito, se debe narrar y
siempre pensar en los detalles que hacen grande a quien se desempeña en algunas
actividades, hacer de la palabra un oficio pero sobremanera un oficio efectivo.
Aprovechar la magia de la radio, para que quienes están a distancia sientan
como si se estuviera al lado del escenario de juego. Amigos lectores para
contactos @joseceden
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